Encuentran tres hornos de fundición de hierro que podrían ser de época romana(Extraido de Heraldo.es)
Los restos encontrados en Peracense son el resultado de cinco años de excavaciones realizadas por arqueólogos turolenses y franceses en la zona de Sierra Menera.
LEONOR FRANCO. Teruel
Arqueólogos del Seminario de Arqueología y Etnología del campus universitario turolense y de la Universidad de Toulouse (Francia) han descubierto tres hornos de fundición de hierro en el término municipal de Peracense, en el paraje "La Juncada", que podrían estar datados en época romana.
Las piezas han sido halladas recientemente, durante una campaña de excavaciones que se inició el pasado día 8. Son el fruto de los trabajos que se vienen realizando de forma sistemática por los dos equipos de arqueólogos desde hace cinco años en toda la zona de influencia de Sierra Menera. Con ellos se pretende obtener información sobre las primeras explotaciones de hierro existentes en época antigua en la Península Ibérica y, en concreto, acerca de este enclave de la zona de Ojos Negros, que se convirtió en un importante centro metalúrgico de la Hispania romana, así como sus diferencias con otros centros productivos del sur de Francia.
Carolina Villagordo, una de las arqueólogas integrantes del equipo de investigadores hispanofrancés, señaló que la datación exacta de los hornos no ha podido todavía confirmarse. La ausencia de fragmentos cerámicos en las excavaciones que pudieran ayudar a establecer una cronología concreta hace necesaria la utilización de carbono catorce para este fin y no será hasta dentro de un año cuando se conozcan los resultados.
No obstante, los arqueólogos saben que, por la presencia de escorias -residuos procedentes de la fundición del mineral-, hubo dos momentos de intensa actividad minera y metalúrgica en la zona de Sierra Menera: uno, situado entre los siglos I antes de Cristo y II después de Cristo; y otro, de época musulmana, desde el siglo XI al XV.
"Es seguro que existía una producción anterior, en época celtibérica, pero no hemos encontrado evidencias de ello", explicaba la arqueóloga, quien agregó que la actividad minera del hierro prosiguió, incluso, después del siglo XVI. "En este periodo cambia, sin embargo, el sistema de transformación del hierro y se reduce su presencia en la zona de Sierra de Menera. Prácticamente solo se hace la extracción; aparecen las ferrerías donde se desarrolla la fundición en zonas ubicadas en las cabeceras de los ríos", manifestó Carolina Villagordo.
Arqueólogos del Seminario de Arqueología y Etnología del campus universitario turolense y de la Universidad de Toulouse (Francia) han descubierto tres hornos de fundición de hierro en el término municipal de Peracense, en el paraje "La Juncada", que podrían estar datados en época romana.
Las piezas han sido halladas recientemente, durante una campaña de excavaciones que se inició el pasado día 8. Son el fruto de los trabajos que se vienen realizando de forma sistemática por los dos equipos de arqueólogos desde hace cinco años en toda la zona de influencia de Sierra Menera. Con ellos se pretende obtener información sobre las primeras explotaciones de hierro existentes en época antigua en la Península Ibérica y, en concreto, acerca de este enclave de la zona de Ojos Negros, que se convirtió en un importante centro metalúrgico de la Hispania romana, así como sus diferencias con otros centros productivos del sur de Francia.
Carolina Villagordo, una de las arqueólogas integrantes del equipo de investigadores hispanofrancés, señaló que la datación exacta de los hornos no ha podido todavía confirmarse. La ausencia de fragmentos cerámicos en las excavaciones que pudieran ayudar a establecer una cronología concreta hace necesaria la utilización de carbono catorce para este fin y no será hasta dentro de un año cuando se conozcan los resultados.
No obstante, los arqueólogos saben que, por la presencia de escorias -residuos procedentes de la fundición del mineral-, hubo dos momentos de intensa actividad minera y metalúrgica en la zona de Sierra Menera: uno, situado entre los siglos I antes de Cristo y II después de Cristo; y otro, de época musulmana, desde el siglo XI al XV.
"Es seguro que existía una producción anterior, en época celtibérica, pero no hemos encontrado evidencias de ello", explicaba la arqueóloga, quien agregó que la actividad minera del hierro prosiguió, incluso, después del siglo XVI. "En este periodo cambia, sin embargo, el sistema de transformación del hierro y se reduce su presencia en la zona de Sierra de Menera. Prácticamente solo se hace la extracción; aparecen las ferrerías donde se desarrolla la fundición en zonas ubicadas en las cabeceras de los ríos", manifestó Carolina Villagordo.
Un radio de 15 kilómetros
Las campañas concluirán este año, una vez localizados los hornos de fundición de mineral, elementos que permitirán obtener información sobre la tecnología empleada en el proceso metalúrgico.
Hasta ahora, los estudios se han centrado en la catalogación de escoriales -zonas de desechos- y asentamientos ligados a los mismos. El inventario de estas zonas residuales y de núcleos poblados -unos 125- da una idea de la importancia que este complejo industrial tuvo en la Península Ibérica y que, según Carolina Villagordo, "su presencia se intensificó con la época romana, en la que se intentan aprovechar todos los recursos que existían en los pueblos dominados".
Villagordo destacó el hecho de que las mayoría de los escoriales localizados se concentran en los lugares cercanos a las minas, pero señaló que hay restos en un amplio radio de unos 15 kilómetros a la redonda en torno a Sierra Menera, entre las provincias de Teruel y Guadalajara.
Este enclave de producción y transformación de hierro es uno de los más ampliamente estudiados. La arqueóloga señaló que probablemente en la Península Ibérica se localizarían en época antigua otros centros productivos tan importantes como el turolense, "pero nadie ha profundizado en su estudio". En estas excavaciones se han utilizado equipos de tecnología novedosa mediante sistemas geofísicos para realizar prospecciones electromagnéticas y eléctricas.
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Hasta ahora, los estudios se han centrado en la catalogación de escoriales -zonas de desechos- y asentamientos ligados a los mismos. El inventario de estas zonas residuales y de núcleos poblados -unos 125- da una idea de la importancia que este complejo industrial tuvo en la Península Ibérica y que, según Carolina Villagordo, "su presencia se intensificó con la época romana, en la que se intentan aprovechar todos los recursos que existían en los pueblos dominados".
Villagordo destacó el hecho de que las mayoría de los escoriales localizados se concentran en los lugares cercanos a las minas, pero señaló que hay restos en un amplio radio de unos 15 kilómetros a la redonda en torno a Sierra Menera, entre las provincias de Teruel y Guadalajara.
Este enclave de producción y transformación de hierro es uno de los más ampliamente estudiados. La arqueóloga señaló que probablemente en la Península Ibérica se localizarían en época antigua otros centros productivos tan importantes como el turolense, "pero nadie ha profundizado en su estudio". En estas excavaciones se han utilizado equipos de tecnología novedosa mediante sistemas geofísicos para realizar prospecciones electromagnéticas y eléctricas.
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